www.fuerzasmilitares.org (22MAR2022).- ¿Quién, de niño, no ha soñado con poder volar un helicóptero personal? Preferiblemente no muy grande. Uno pudiese esconderse en garaje de papá o en el balcón del piso. En los años 70, ese sueño pudo hacerse realidad en la URSS.
Por supuesto, el minicóptero creado en la URSS no estaba destinado a la diversión de los niños, sino a las necesidades de reconocimiento aéreo. El punto álgido del interés por los helicópteros ligeros y ultraligeros en la Unión Soviética se produjo en los años 40-50 del siglo pasado. En la URSS, estos vehículos fueron diseñados por Nikolái Kamov.
El Ka-10, al igual que el Ka-8, disponía de un rotor coaxial, una rudimentaria estructura de tubos metálicos montada sobre dos flotadores y de una plaza para el piloto que no estaba carenada. En modelo Ka-10 se equipó de un motor a pistón Ivtchenko AI-4V de 55 CV.
Según Avistar, el primer vuelo del Ka-10 tuvo lugar en septiembre de 1949. Únicamente doce ejemplares fueron fabricados para su evaluación en vuelo, de los cuales 8 fueron Ka-10M que era una versión bideriva. La fabricación en serie para la Marina soviética fue desestimada, ya que el helicóptero ofrecía muy pocas ventajas. En su lugar, fue creada una versión biplaza denominada Ka-15.
A pesar de esto, una de estas máquinas hizo el primer aterrizaje de un helicóptero soviético en la cubierta de un barco (el Maxim Gorki) el 7 de diciembre de 1950.
(rbth.com)