‘Sviatogor’, el gigantesco biplano ruso de principios del siglo XX que nunca llegó a volar

www.fuerzasmilitares.org (25OCT2022).- El Sviatogor fue diseñado por el diseñador Vasili Slésarev. El avión era un gran biplano con dos motores en el fuselaje y con la transmisión desde ellos a dos hélices muy grandes situadas entre las alas, detrás de su borde de fuga.

El tren de aterrizaje tenía cuatro ruedas. Era el mayor avión construido en Rusia en aquella época, con una envergadura de 36 m, su superficie siendo su superficie de 280 metros cuadrados, ya la longitud del avión, 21 m. El peso de vuelo estimado era de 6500 kg, con una carga de hasta el 50% del peso de vuelo, el tiempo de vuelo debía ser de 30 horas, la velocidad - más de 100 km/h. Su techo operacional estaba estimado en 2500 m.
Slésarev propuso instalar en la aeronave dos motores Mercedes de 300 CV cada uno y diseñó para ellos grandes hélices de 6 m de diámetro, que deberían hacer 300-400 rpm. Creía que el uso de hélices de gran diámetro a bajas velocidades mejoraría la capacidad de despegue del avión.
Con el mismo fin, las ruedas del tren de aterrizaje se fabricaron con un diámetro inusualmente grande: 2,0 m (trasero) y 1,5 m (delantero). Los motores estaban montados en el fuselaje con un paso entre ellos, delante de la caja del ala, lo que permitía acceder a ellos en vuelo. Mucho más tarde, los alemanes empezaron a trabajar intensamente en planes similares, creando sus propios aviones gigantes de 1917 a 1928. Delante del “compartimento del motor” del avión Sviatogor estaban las cabinas del piloto y del observador. Los tanques de gas se colocaron en el fuselaje, cerca del centro de gravedad del avión. Se planeó la instalación de un cañón de alta velocidad en el morro y otro armamento.
El diseño de Sviatogor, según los comentarios de todos los que lo vieron, estaba excepcionalmente bien pensado Se fabricaron, por ejemplo, neumáticos especiales. De hecho, la forma de construcción de las ruedas las hacían ligeras, a pesar de su gran tamaño.
Hubo dificultades imprevistas durante la construcción en condiciones de guerra. No se pudieron conseguir motores de 300 CV y V.A. Slésarev intentó utilizar motores tomados de un zepelín alemán derribado, pero estaban tan dañados que fue imposible repararlos. Debía llevar motores franceses Renault de 220 CV. En enero de 1916 llegaron estos motores y se inició el montaje del grupo propulsor. Sin embargo, no quedaba dinero para seguir avanzando en el desarrollo del proyecto. Para decidir el destino de la aeronave era necesario un peritaje altamente cualificado. El caso fue confiado a N.E. Zhukovski. Se formó una comisión especial en la que, además de él, estaban V.P. Vetchinkin, G.I. Lukianov y A.A. Acangelski.
Como explica Airwar.ru, la comisión estuvo muy atenta a la evaluación del Sviatogor, realizó un cálculo aerodinámico completo del avión (por primera vez en Rusia), acompañado del soplado de las piezas del modelo, y llegó a la conclusión de que el el vuelo del avión a plena carga de 6,5 toneladas y a una velocidad de 114 km/h era posible, y por lo tanto, la finalización de la construcción del aparato resultaba deseable.
Mientras tanto, la construcción de la aeronave continuó gracias a los esfuerzos y medios de V.A. Slésarev, quien aparentemente logró conseguir un préstamo. A principios de noviembre de 1916 se hizo un intento de despegue. El avión avanzo bien por el suelo, pero no logró remontar el vuelo.
Una vez más se nombró una comisión, que volvió a discutir el estado y las perspectivas del Sviatogor, pero el interés por la aeronave disminuyó gradualmente y dejó de resultar tan interesante como parecía. A principios de 1921, V.A. Slésarev fue asesinado en una calle en Petrogrado. En 1923, el avión fue desmontado. El trabajo de Slésarev acabo siendo un intento heroico pero casi desesperado de resolver un problema técnico muy complejo.


(rbth.com)